No, no nos hemos vuelto locos. No estamos hablando de la Atlántida ni esos cuentos de viejas, decimos la verdad. El mundo de la geología ha hecho un curioso descubrimiento en los confines del Océano Índico.
El 31 de enero de 2017 la revista Nature en su sección Comunications publicaba online un curioso estudio efectuado a partir de la geología y composición de los capas superiores de la tierra de la isla Mauricio, en el Océano Índico. Vamos, que se pusieron a mirar la arena y llegaron a unas conclusiones sorprendentes. Varias universidades de alrededor del mundo
certifican que bajo las islas de Mauricio y la isla Reunión en pleno Índico existe un continente prehistórico al que, con mucha originalidad, se ha denominado Mauritia.
La investigación ha sido llevada a cabo por la Universidad de Oslo, de Witwatersrand, de Liverpool y el Centro de Investigación Alemán de Geociencias, por lo que esta noticia no es solamente especulación, sino que hay pruebas contundentes de la presencia de Mauritia bajo los pies de los mauricianos. Ahora: ¿cómo pueden llegar los investigadores y sin haberse metido a una profundidad de varios kilómetros en los confines del Océano Índico afirmar esto? La respuesta está en el zirconio. En la arena de islas Mauricio, además de ya haber sido corroborada una densidad en la tierra anormal para su situación geográfica, se encontró silicato de zirconio, con una antigüedad de en torno a 3 mil millones de años, una vida lo suficientemente longeva como para poder descartar que provengan de otra isla por transpote del viento o de los zapatos de un guiri. La antigüedad es tal que han concluido que el zirconio hallado solo puede haber llegado a Mauricio desde un continente, Mauritia. Mauritia surge, según comentan los investigadores, a partir de un desprendimiento del supercontinente de Gondwana, una bestia de hace 200 millones de años, en el triásico. Este desprendimiento se produjo conforme a la teoría de la deriva continental, de la isla de Madagascar durante la formación del Índico, y se situa actualmente a unos 700 kilómetros al oeste de Mauricio.
Un increíble descubrimiento que los geólogos no creen que no se vuelva a repetir, puesto que por lo visto el supercontinente de Gondwana ha debido haberse fragmentado en muchas piezas de un puzzle prehistórico que nos está esperando para ser armado. Y sin instrucciones.
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