lunes, 10 de abril de 2017

Modificando el ADN | CRISPR/Cas9

La revolución de la edición genética ha llegado. Somos capaces, polémicas aparte, desde de cambiar el color de ojos de un bebé sin nacer hasta crear una quimera entre humano y cerdo. Nuestro alcance es francamente impresionante y cada día se dan más y más noticias que tienen un factor en común: la edición del ADN. Hoy vamos a ver como la ciencia nos capacita para todas estas proezas.
El ADN es ácido desoxirribonucleico, un polímero en el que se encuentra almacenada toda nuestra información genética. Su objetivo es sencillamente preservar esta información que define quién somos cada uno de nosotros a largo plazo; por lo que lo más importante que hay que conocer es: ¿cómo está escrita esta información?

viernes, 7 de abril de 2017

Por qué falló la TALIDOMIDA




Muchos habréis oído hablar del desastre de la talidomida, el fármaco que durante el siglo pasado causó malformaciones que hoy, según las estadísticas, sufren de 8.000 a 10.000 personas en toda Europa. Pero: ¿cómo un medicamento que podría haber resultado beneficioso para las mujeres embarazadas se llegó a convertir en el detonante de un gran desastre médico?

Pese a todo, la talidomida se sigue usando hoy en día. Su nombre real es (RS)-2-(2,6-dioxopiperidin-3-il)isoindol-1,3-diona (C13H10N2O4) y es un fármaco creado por la farmacéutica alemana Grünenthal GmbH. Inicialmente, entre los años 1958 y 1963 se comercializó como un calmante para las nauseas durante los primeros meses de embarazo, pero lo cierto es que desgraciadamente tuvo efectos secundarios. Tenía dos formas de consumirse: o una en la que lo hiciera la madre durante el embarazo o bien el padre antes de la concepción. De cualquiera de las dos formas los efectos nocivos del medicamento llegaban al feto: malformaciones congénitas, la focomelia.

domingo, 2 de abril de 2017

La FÍSICA tras la LLEGADA A LA LUNA | Colaboración con VDimensión

Todos conocemos la extraordinaria hazaña de nuestra llegada a la Luna con la misión Apolo. Independientemente del debate que existe alrededor de esta cuestión, lo que hoy trataremos de hacer será dar una vuelta por la física que envolvió a este gran espectáculo espacial. Veremos desde cómo se consiguió vencer la fuerza gravitatoria terrestre, hasta la posibilidad de un aterrizaje exitoso de una nave tripulada en nuestro satélite. Bien, dicho esto, comencemos.
Todos sabemos que la capacidad propulsora de un cohete es la clave de la capacidad humana para acceder al espacio. ¿Cuál es la idea básica? Fácil, tratemos de imaginar, por un momento, un jugador de fútbol que patea un balón oblicuamente. Si así lo hacemos, es sencillo deducir que la pelota recorrerá una parábola determinada y volverá a caer sobre la superficie terrestre. Perfecto, ahora aumentemos la velocidad con la que este balón sale disparado. Resulta obvio que la distancia recorrida será mayor, pero si esta es lo suficientemente grande, la pelota caerá alrededor de la Tierra acoplándose a su curvatura y estableciendo una órbita determinada. Porque un cuerpo en órbita no es más que un objeto cayendo infinitamente sin llegar nunca a colisionar con la superficie del astro al que órbita. Fácil, ¿verdad?
De acuerdo, pues en los cohetes espaciales se hace exactamente lo mismo, lo único que ascender, girar y situarse en la órbita correcta no es tan sencillo como patear un balón lo suficientemente fuerte. Para hacerlo se construyen los cohetes por fases.
El Saturno V fue un cohete desechable de múltiples fases cuya principal carga fueron las naves Apolo que llevaron  a los astronautas de la NASA a la Luna. Este constaba de tres fases y tenía capacidad para escapar de la gravedad terrestre y enviar una carga de 47 toneladas a la Luna. ¡Un verdadero gigante! Pues en tan solo 20 minutos, fue capaz de colocar al Apolo en órbita, casi nada.
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