La Tierra se rige por cuatro puntos cardinales, norte sur este y oeste, y para orientarnos en ella empleamos desde la antigüedad brújulas, unos aparatos imantados que apuntan hacia el norte, pero: ¿Esto por qué pasa?
La Tierra, al igual que muchos otros planetas, poseen una campo magnético que los rodea, este campo es la magnetosfera, que atrae a la punta imantada de las brújulas. Pero el papel natural de la magnetosfera no es hacer que nuestras brújulas actúen, sino que su función es repeler los vientos solares. Los vientos solares son radiaciones procedentes del Sol en forma de plasma, y como la magnetosfera es un campo magnético, es capaz de contener y repeler este plasma nocivo para la vida.
El efecto final de la magnetosfera sobre los vientos solares es una luminiscencia en el cielo visible desde los polos conocida como aurora boreal o austral, dependiendo del hemisferio de la Tierra.
Otra de las funciones de la magnetosfera es orientar a un montón de especies animales debido a que poseen pequeñas cantidades de magnetita en su fisiología, y esta es la razón por la que las aves saben hacia donde emigrar cuando hace frío en un sitio del planeta.
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