Lo
tenemos, lo administramos, lo malgastamos, lo perdemos, lo ignoramos,
lo codiciamos... pero: ¿Qué es el tiempo? Hoy vamos a contestar a una de
las preguntas más complejas de la historia de la humanidad, y verás por
qué.
En
el Universo nada está quieto (ni fuera de él, pero eso en otra
ocasión), absolutamente nada; de hecho, aunque te quedes petrificado y
te creas parado, te estas moviendo a 29 kilómetros por hora solo
alrededor del Sol. Con este concepto podríamos decir que
el tiempo es una magnitud que mide el movimiento, es decir, la distancia entre dos sucesos. Esta definición es comprensible, pero todavía no sabemos lo más importante: ¿Cómo medimos el tiempo?; ¿Qué es un segundo?
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Reloj atómico de Cesio |

Históricamente, la necesidad de determinar
intervalos de tiempo cada vez más pequeños
(y por lo tanto, precisos) ha ido aumentando conforme al paso de los
años. Primigeniamente, la sección de tiempo mesurable más básica que
pudimos alcanzar, tras los días, obviamente, fueron las
horas, con los primeros
relojes solares egipcios y sus divisiones diarias en 23 horas. Tras ellos vinieron los
relojes de arena (sucesores de los de fuego) que, datando del siglo XIV la extensión de su uso, hicieron posible
cronometrar el tiempo
de una forma más o menos exacta. Es por estas variaciones históricas
por lo que la definición de segundo viene dada con una precisión
increíble, cada vez con una mayor exactitud, se define
1 segundo como
la duración de 9.192.631.770 oscilaciones de la radiación emitida en la
transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del
isótopo 133 del átomo de Cesio, a una temperatura de 0 kelvin,
claro. Esta definición tan exacta, además de irse mejorando, se toma al
pie de la letra en los relojes más precisos del mundo, los relojes
atómicos. Así,
estos relojes se desfasan 1 segundo a los 3700 millones de años, algo simplemente increíble.

Y pese a que el tiempo parezca un concepto estricto e indeformable en realidad no es así.
La física cuántica y la relatividad especial de Albert Einstein nos han revelado que el
tiempo es deformable al igual que el espacio. En este principio se basa la
paradoja de los gemelos,
que dice que si uno de dos gemelos se montara en una nave espacial y
viajara a velocidades cercanas a la de la luz, cuando volviera vería que
es increíblemente más joven que su hermano, en el caso de que este estuviera vivo. Esto es así porque
el tiempo varía según el sistema de referencia, es decir, lo que para un gemelo fueron unos años, para el otro fue una vida entera, y esto es así porque
cuando la velocidad de un cuerpo tiende a la de la luz (300.000.000 m/s) el tiempo se acorta para él, al igual que el espacio, debido a que el único sistema de referencia inercial absoluto es la velocidad de la luz.
Así que no pierdas el tiempo y comparte este artículo y visita otros anteriores en Planck. Muchas gracias por tu visita.
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